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¿Viste cuando ya no das más de lo hastiado que estás? ¿Viste cuando te revienta la cabeza de pensar, y pensar, y pensar por qué carajo siempre tiene que haber una carga que no te deje volar tranquilo? Por qué no puedo estar liviana y dejarme llevar, a cualquier lado, a cualquier lugar, en cualquier momento, libre de restricciones, de preocupaciones, sin dramas o problemas, sin barreras que te obstaculicen, ESTOY HARTA. Harta de tanta porquería que anda rondando, tanta mala vibra que anda dándote vueltas y no te deja ser tranquilo. ¡Qué hastío! Dejame ser y estar. Dejame soltarme una vez más; quiero borrar esos fantasmas que están siempre ahí, acechando ahí, molestando ahí. Librarme de tanto mal, ¡quiero poder volar! ¿Quién dijo que el cielo era el final? Yo voy a ir más allá, pero necesito la mano que me de el empujón. Chau mala onda, no sos más bienvenida. Esta ambigüedad me está matando, si voy o si no, ¿desde cuándo yo dejé que me pongan un límite?, que me digan que si o no, que me pongan un tope para llegar más arriba. ¿Desde cuándo? DESDE NUNCA, HOY Y PARA SIEMPRE.