FUCK!
Me la veía venir. Era de esperarse que termine pasando esto. No sé por qué no dije basta cuando todavía lo podía controlar; cuando las cosas recién se estaban dando y si quería podía retroceder, o en su defecto, dejar de avanzar. Ahora ya estoy toda acá, ya perdí este round por tener flojos los guantes. FUCK! Voy a perder la pelea y me voy a llevar el premio porque lo que me pasó no era lo que esperaba, ni lo que esperaban. Esto no era parte del plan, pero ese no es el gran problema. El gran problema es que mi contrincante me pidió evitar este traspié; mi enemigo es en realidad mi amigo y más que amigo. Odio amar todo lo que me pasa por culpa suya. Todas las cosas que puedo llegar a sentir son por arte de él, eso ya es una baja importante. ¿Cómo peleo en su contra si me muero por estar a su favor? Quién te entiende Constanza. Desde que entraste en juego perdiste el turno y él te está jugando sin parar. Cómo pretendés evitar problemas si ni bien pusiste tu ficha en el tablero la mantuviste siempre en el mismo casillero y él te está pintando la cara y te está escribiendo el corazón, lleno de lindas historias que un día le gustaría vivir con vos (conmigo). ¡Carajo! Por qué me es tan fácil ser tan fácil. Ya es tarde. Me puede y eso que pactamos se fue volando por la terraza de mi casa, por ahí si te ponés a mirar a la noche lo ves brillando en el cielo, pero tenés que mirar más allá. De todas formas perdí la pelea, lo quiero.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario