miércoles, 16 de diciembre de 2009

Y es tan difícil que pase algo y llegar a mañana, cómo matar esa mirada, cómo ocultar promesas vanas con solo un par de cosas claras, cómo soñó una vez entregarle cuerpo y alma, ser el vuelo de sus alas.

Todos nos vemos buscando bien o mal una salida en el cielo. Adentro llueve y parece que nunca va a parar y va a parar.

"Alejandro.D., filósofo del siglo pasado, afirmó que todo lo que hacemos en la vida lo hacemos para seducir. Seducir a alguien es lograr que desee lo que uno quiere que desee. Seducir es incentivar, estimular, provocar el deseo en el otro. Muchos esperan en silencio detectar un señal en el ser amado, esperan ser deseados , a otros lo que los seduce es sentirse deseados. A otros nos seduce lo opuesto, sentirse no deseados, a otros los seducen lo prohibido, lo imposible, lo que no pueden tener. ¿Existe una sola manera de seducir? ¿Es posible seducir a alguien que no nos desea? ¿Alcanza con la seducción para el amor? ¿Si se desea lo que no se tiene, cuando se tiene se sigue deseando? ¿Tendrán algún efecto las técnicas de seducción? Para seducir hay que tener la paciencia del pescador, saber esperar el momento exacto.
Uno pretende que sueñen con nosotros, queremos ser el único en la vida del otro, pero solo se puede aspirar, a ser el elegido. Seducir tiene sus vueltas, a veces, el amor muere cuando dan nuestro amor por sentado y renace cuando sienten que pueden perderlo. Nos preocupa mucho que no haya terceros dando vueltas, pero a veces esos terceros ayudan a la seducción, la encienden. El mayor riesgo de un seductor es caer seducido, ahí se vuelve torpe, predescible. El riesgo de un seducido es su inseguridad, que puede llevarlo a cometer ciertas torpezas. Uno no sabe por qué ama, ni por qué es amado, seducir tal vez sea simplemente ayudar un poquito a esa magia que ocurre, sin que sepamos bien como ocurre, ni porque."
Pero de arquitectura conoce sólo el arquitecto, no el edificio. El edificio no se siente su arquitectura. Siente su piedra, su mármol, su adobe. Y yo me sentía mi carne y mi sangre. Yo vivía mi carne y mi sangre. Pero unos a otros nos aprehendemos por la forma y pensamos estúpidamente que la forma es siempre el signo fiel de la sustancia. ¿Y cuando no lo es? ¿cuando la forma expresa lo contrario de lo que es la sustancia? ¿cuando la forma traiciona a la sustancia? ¿quién mitiga ese error? El jorobado y el enano que la gente ve pasar a su lado tal vez sean más infelices que lo que la gente cree, porque la gente cree que el ser del enano y del jorobado también es enano y jorobado. Y quizás no, quizás no. Quizás el ser del contrahecho sea el mismo ser del hermoso, pero pretendemos que el contrahecho viva según su forma, y ahí está la tragedia, porque la forma no se vive, la forma se percibe, y se percibe desde afuera. Lo que cada uno vive es su sustancia.
Algún día vas a ver al cretino gritar:
"Dénle al tiempo una oportunidad"
Algún día vas a ver al cretino llorar
Convertido en una estatua de sal.
Detrás de las colinas sale el sol
Te espero en el camino verde.


Algún día va a caerse
Tu maldito disfraz
Ese día descansaremos en paz
Tanta fuerza y tanto amor
Hacen al mundo girar.
Algún día lo descubrirás.


Detrás de las colinas sale el sol
Te espero en el camino verde…


No esperes a mañana
Tanto dolor se va a acabar
Tanta fuerza y tanto amor
Hacen al mundo girar
Algún día lo comprenderás
Y esa fuerza y ese amor
Se convertirá en más.
Ese día descansaremos en paz.


Detrás del arcoiris sale el sol
Te espero en el camino verde…


No esperes a mañana
Tanto dolor se va a acabar
No esperes a mañana
Tanto dolor se va a acabar.

viernes, 11 de diciembre de 2009


Familia.
Calles de luna, gente sin fortuna y sin amor.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Hay un coso que nunca da la cara,
Dios berreta que está en ninguna parte,
comodín que inventás para quejarte
cada vez que te venden un buzón.

Andá, contásela a Magoya
la de comboys que nadie te creyó,
discurso de milicos
o cheque volador.
Estamos hasta aquí de cuentos chinos.
Andá, contáselo a Magoya
que pagariola tu desilusión,
y el cuento de que Dios es argentino
andá corriendo, contáselo.

Hay un nadie que es víctima de todos
y es anónimo rey de la macana,
barretín que inventás de mala gana
cuando ves tanto crimen sin autor.


Maria Elena Walsh.